domingo, 8 de noviembre de 2009

Firma de un adios



-Firmen estos papeles y todo queda resuelto-. Ordena la jueza, entregándonos 2 lapiceras, con cara cansada y fastidiada. Por supuesto, no piensas ni un segundo y depositas tu decisión en ese papel, librándote de mí.

Leo sin prestar atención las líneas de esa hoja. Tengo la oportunidad de dar fin a una vida con vos de 5 años. 5 años donde nos compartimos y juramos con fuerza (estúpidamente con necedad) una relación eterna y llena de proyectos juntos. No consigo entender cómo toda una experiencia se muere en recuerdo, y seamos tan solo desconocidos y transformándonos en EX, al poner mi decisiva firma y terminar con todo.

Te miro y no te dignas a mirarme. Tu vista se encuentra en la mesa y tu ansiedad esta en abandonar con urgencia ese lugar. Sé que tus pensamientos me juzgan como una puta, una guampeadora que perdió el amor de tu boca para ensalzarse en los labios de otro. Sin contar tus aventuras con algunas mujeres, perdonadas por mi (tanto amor tuyo me llevo a tolerar eso, ¡que estúpida soy!) Por fortuna, me enamoré otra vez en los brazos de un hombre que me dio y me da calor.

¿Por qué me cuesta firmar? ¿No es lo que queremos? ¿No es lo que quiero? Todavía te quiero. Digas lo que digas, el IMPULSO de perderte golpea mi vientre, me baja la presión y sube el nerviosismo de mi mano en el que se halla la birome, Pero... ¡Debo dejar de pensar en vos! Necesito pensar una vez en mi y ser egoísta por mi felicidad (felicidad no, bienestar) y expulsarte de mi sistema solar.


Los planteos se congelan y mis lágrimas me acompañan cuando firmo ese acta. Agacho mi cabeza con las manos tapando la cara, cuando te levantas de tu asiento y te vas sin despedirte, con la certeza de saber que, no existimos más para cada uno...Sin embargo, el resurgir me da una vana esperanza que quiero seguir, lejos tuyo, definitivamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

victimas