viernes, 30 de noviembre de 2012

Confidencialidad de todos

El reposo extirpa las verrugas. La ironía es factor fundamental para encarar la atención de almas renegadas y proceder a grandes desarrollos. No se sabe pelear, pero el uso de la fuerza explosiva se prueba, cuando los controladores abandonan sus ataúdes para envidiar la física de la vida; un átomo moribundo se presenta, cuando vuelven a soñar con desvanecimientos.
¡Al fin estoy como debo estar! ¡Esta maquina de sentimiento barrial es la que arrasa con todo! ¡Mi humanidad es la quiebra de la galaxia! ¡Se han confundido de caballero! ¡Soy brillo, no sol! ¡Soy descarado, no educado! ¡Soy egoista, no comprensible! ¿¡Han entendido qué, todos los enrolamientos tienen sentidos, para ciertos cuerpos!? ¡Soy mierda perfumada de contradicciones e indecisiones! ¡Humano que habla por descuido! ¡Humano que escucha por afeminado! ¡Una gran receta para que el obeso engrase sus arterias y culpe a la ansiedad como coautor! ¡La ansiedad lo ha comido El angurriento!, por eso es pena, no detener su hambre. ¡Exijo indirectas a mi desnutrición, urgente! ¡Beber no me satisface lo suficiente! ¡Romper vidrios es una tarea agobiante! ¡Denme los frutos de esos bosques esotéricos, ahora! ¡No voy a enojarme si no me lleno por completo! ¡Escuchen mis palabras y confíen en mi tartamudez! ¿¡Sigue esa idea poca convencional!? ¡Jaaaaaa! ¡El amor elimina y produce odio! ¡Imbéciles!

viernes, 16 de noviembre de 2012

La incontrolable muestra de inocencia


¡Desobedecí tanto! ¡Tanto, tanto y tanto! Tuve chances para subrayar algunos acuerdos y oficializar las equivocaciones, a través de grandes actos. ¡Que bien me fue! ¡Hablé con complicaciones  para concordar un hecho corrupto! Los diarios ofensivos pusieron: “Un mafioso repetitivo encarcelado” “Cayó “lengua torcida” “Se traba mafia violenta”.  Rompí esas leyes en que consistían tener lástima a los que no poseen con normalidad su cuerpo o su mente. A decir verdad, no solo trafiqué, ¡también maté! ¡Le di un terrible tiro en la frente a mi jefe! ¿Por qué?, ¡porque me dijo que hablaba como el orto! Ahí y con frio lo mandé directo al basural. Los otros jefes se impresionaron por la ida de ese estafador colombiano, tuve que desmentir sin estancarme en ninguna palabra. Usé un vocabulario simple con muchas palabrotas para no entrar en nerviosismo. Convencí a cada uno y logré avanzar un poco más. Solía empolvarme la nariz, inyectarme y fumar, y comprobé con éxito, que aunque los delirios se hicieran fuertes, el hablar seguía siendo defectuoso. Los principios que había recogido, los ignoré. Dejé de aceptar algunas cualidades que tenía. Quemé cada objeto que me identificaba como “buena persona”. Borré esa sonrisa tonta y cicatricé mi rostro como señal del mal. Me cogí a todas las chicas exuberantes y a sus respectivas madres. Reconocí a diez hijos de cada puta diferente; los distancié de toda asquerosidad paraque estudiasen y sean lo mejor de mí. Contribuí a la buena vida de mis hermanos y sobrinos; a mamá le compré una casa a orillas del este de Brasil. Adelgacé, forme músculos, tatué la mitad de mi cuerpo de escrituras mías que marcaron cambios. Ninguno de mis hombres o ajenos, hizo una mueca de risa ante mis charlas; yo era el serio y el más helado de los violentos. Temí a ser más malvado del cual ya era, hasta que dormí con hipocresía en tanto mataba a otro lagarto hijo de puta. Sorprendí a mi novia que estaba revolcándose con un lacayo drogadicto, en un hotel barato, afueras de la Gran ciudad; primero le dije que ponga todas sus alhajas, ropa y las llaves del auto en una bolsa: ella, aterrada, me suplicó que la perdonase, y yo, solo dije algo leve: “Te perdono, adiós” .Luego le atravesé el cráneo con una recortada, y al traidor, lo torturé hasta ahogarlo con su propia sangre. ¡La muy zorra no sabía que le puse un rastreador en su celular! El dolor era tanto que, busqué a la familia del infeliz, supe que tenía una hija de diecisiete años; así que la secuestré y la violé hasta matarla. Un hombre que hizo justicia, eso era un alivio
 ¿Cuál fue mi error para que me atrapasen?  Siempre usaba personajes, me transformaba en gordo, calvo, pálido, triste, divertido, y varios adjetivos más por el solo hecho que no fuese reconocible. Un medio día de calor, estaba sentado afuera de algún simple café, de traje, anteojos, pelo largo, barba candado canosa. Para ese entonces, era un hombre buscado y peligroso, si se podría decir. Retomaba algo de mi identidad aniquilada. Leía de a ratos a Juan Pablo Fieman y Arthur Rimbau, y leía una frase, que había compuesto alguna vez: “No escaparás de la ansiedad, ni siquiera muerto” Volví a sentirme humano y completamente desubicado. Enardecía ese espíritu solitario desvalorado, cuando en repetición, sentía esa molestia en la nuca por ver al ciego que estaba en la esquina tratando de cruzar, si algún vehículo se detuviese para darle el paso. Corrí sin importar el riesgo, daba señal a los burros con licencia que tenía cruzar urgentemente. El viento era feroz, el atuendo se perdía en cada metro, volví a verme a través de las gafas del viejo y quedé impresionado. Lo llevé hasta el otro lado y el agradecimiento fue tal, que me dio un peso de propina. Enfrenté al sol y después de varios años, una lágrima repasó mis mejillas. Había vuelto a mi universo, no me dio vergüenza sentir la perdición de mi ubicación, alcancé la gruesa inmensidad de ser otro extraño, mientras la policía me tenía rodeado y el ciego proseguía a marchar, gracias a su instinto. Esperaba a que me tiroteen o me tirasen con granadas, pero solo obtuve pedidos de los oficiales paraque me quedara quieto y no resista. Debía pagar una causa, aunque fuese totalmente inocente…