jueves, 22 de diciembre de 2011

Leal (amado traidor)

Intento disuadirte y creerte...


Muerdo mi lengua y expando mis oídos, con el fin de librar todos los secretos. Acompaño la percepción y la voluntad de pocas palabras. Garantizo el perdón de Judas y de la pena del crucificado. Tómo el jarrón de vino tinto para sentir la sangre viva de todas las pasiones. Sáco la mugre de mi cara con el paño húmedo, cubriéndome grisáceo el punto de vista. Me arrodillo, quemando la piel peluda y rompiendo la prenda.


¡Pero no llueve! ¿¡Y la lluvia ardiente!? ¡Me duelen las rodillas! ¡Estoy sucio y bien borracho! ¡Juro que no pondré las manos en el infierno por nadie más! ¡No hay tales ocultismos, solo puro inventos de intelectuales pedantes! ¡No voy a mirar más lo que no puedo! ¡Clausaré el habla y me tiraré en las piedras! ¡Que mis labios se mojen de diluvio y no de besos amorosos (amor, amor, cansado traidor)!


¡Voy a dejar que la ironía te haga perder hasta que no te conozcas y que brilles de controversias! ¿Y lo adorable de todo esto?, ¡es que te creo con seguridad!, aunque no fueses leal...

viernes, 2 de diciembre de 2011

Terapia


—…Y todo se repite. Algunos viejos aparecen y prometen volver. Otros están y amenazan con irse. También moran los sorprendidos que no entienden mi alta voz y mi grueso fruncido de ceja. Algo puedo entender por qué tantas repeticiones—.


— Buscás siempre lo bueno de todo. Materializás todo lo soñado en las personas. No tenés que ver más allá sobre lo que hará un ser en cierto tiempo, ¡es una locura!. Vivir no es predecir. Se disfruta el instante, nada más. ¿Qué entendés de las “repeticiones”?—.


— La inconformidad. En todas las secciones hablamos sobre eso. Cuando todo parece estar bien, lo dudo. No es pesimismo, sino que es una irregularidad que permite darme cuenta de que soy incompleto, todavía. Es una maña, lo sé—.


— “Si uno no se ama…” Sabés el resto de la frase. No te encierres diciendo: “Soy difícil, lo entiendo, ¿qué puedo hacer?”. No sos difícil, hacés que sea difícil. ¿No podrías cambiar la reflexión por disfrutar algunas situaciones?—.


— Disfruto reflexionar. No sé si me amo, pero estoy de acuerdo conmigo mismo. Intentaría no enfurecerme, es otro motivo inconcluso. ¿Soy cerrado, solo porque sostengo una verdad natural?—.


— No. Sos cerrado porque justificás todo. Un hombre que justifica, es un niño que hizo una travesura. De igual manera...veo una mejoría—.


— Me hiciste reír. Intuyo que después de marcharme, vas a tomar un trago de “etiqueta negra”—.


— Primero voy a fumar, espero que no te moleste…—.


— Adelante. Abro la ventana. Tengo que hablar algo más…—.

Moda

— ¡No tenés ninguna relación con esa remera roja con estrellas! ¡Perdón! De color coral… ¡Respira con normalidad, asmático! ¡Deja de ocultar la panza llena, ¡que salga!, ¡acepta el tiempo de ahora y rechaza la anterioridad!



No puedo castigarte por la bermuda de jean que cubre parte de tu cuerpo. Sin embargo, ese calzado moderno… ¡Caray! ¿Te dije que sos, el primer astronauta ruso, en pisar Mercurio? ¡La divinidad para los inconformistas! Y para la moda…los que tienen buen gusto estético. Discúlpame…la moda como superación corporal,



Las herramientas y las soluciones mecánicas no son tu fuerza. ¡Basta de destornillar y escápate del problema! ¡Tus esfuerzos no pueden ser entendidos! ¡Falta de respeto!, ¿por qué?, porque tenés que saber las costumbres y el idioma! Tranquilo…Dios da gracia a los incultos y ansiedad a los perdidos. Tampoco EL me cae bien, pero supongamos que molesta en las fronteras...



¡Ponéte un traje gris, zapatos acordonados y rápate la cabeza! ¡Deja entrar viento fresco en ese pensamiento! No vas a tener calor, te lo aseguro...—.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Altruista

— ¿Creíste, alguna vez, que tuve vida?—.


— Me diste vida. Me hiciste entender que lo puedo alcanzar sin pararme—.


— Es involuntario transmitir mentiras. Dar no es lo mismo que tener. ¿Serviría saber que, todo es posible?—.


— ¡Si! La física y la espiritualidad están en mis ojos y en mi boca. ¿Qué es lo que te molesta?—.


— ¡No me basta el reconocimiento! ¡Más si todo fuese un ruido corto para desembocar en un extenso silencio!—.


— Estoy de acuerdo. ¿Esperás a qué te santifiquen y te proclamen dios fuerte?—.


— Utilizá el sentido común y no el común de los sentidos. Me han convertido en altruista. Me fatiga vivir tan cerca de mi intensidad…—.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Si se puede decir...

Enlace entre la soberbia y la violencia. Pleito de la tranquilidad hacia lo que se induce qué es. Cansancio, resaca y más expansiones indocumentadas en algún terreno descubierto. Viento arenoso hiriente a toda piel frágil, temperatura equivalente al enloquecimiento sin barrera de la contraproducentica (error, gravemente satisfacción)


Buscar, agradecer y regresar al borde(vivir sin prometer)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Privilegio verdadero

Mi familia como muerte y privilegio. Cuatro hermanos que me tuvieron en sus brazos y entre sus risas; tres hombres y una mujer, buenas vistas y pocas quebraduras. Una madre que hizo posible convencerme de escapar de su cuerpo. Un padre que me adoptó como su único corazón y como poste de sus hundidas quejas.


Dejar morir la causalidad de una partida, sin pensar en la tuberculosis ni en otro mal extraño. Impedir que la alegría infantil cese y que se olvide, pese al contraste de la divina vida…

domingo, 9 de octubre de 2011

Representados


Nueva especie mecánica que responde a la indisciplina del nuevo hombre. Representante plástico-chapa de la característica humana (dejáme pasar, no puedo esperarte, el tiempo por encima de todo) y de las nuevas costumbres. Potro galopante aceitado, alimento necesario del poder codicioso, desperdicio que se extiende por la inhalación y por la audición ciudadana.


— ¡Hola, chicos! ¿Cómo están?—. Piloto con licencia, respeto escaso sobre la distancia entre el cordón de la calle y las ruedas. Objeto por encima de la senda peatonal.


— ¡Mirá quién apareció! ¡Carlitos! ¡Tanto tiempo! ¡Bajáte y vení a saludarnos!—. Viejo conocer de tres mosqueteros.


— ¡Dale! ¿No te gusta, ahora, charlar con gente que anda de pie?—. Resentimiento del segundo. Insistencia por sentir las mismas cosas.


Apago total del aire acondicionado y vuelta a la realidad contaminada. Envuelto entre ruidos y caminadores distraídos, se arrima al costado de una sombra con sus compatriotas. Apretón de manos y un beso adicional en la mejilla de cada uno. Queja derretida esperada:


— ¡Que calor que hace, boludo! ¡No se puede aguantar!—.


— ¡Tampoco es para tanto! ¡Hace veinticinco grados! Pero como el señor tiene aire acondicionado en el auto, le parece inaguantable—. Ataque amigable del segundo.


— Igual no deja de ser calor, Juancito. Yo tampoco soporto este calor bonaerense. ¡Y eso que no es verano! ¿Qué es de tu vida, Carlitos?—. Consideración del tolerante. Sonrisa por la aparición de un viejo pirata—.


— Jaaa, ¡vos por que no tenés auto, Juan! Mi vida…bien. Hace cinco días me compré éste Audi fiction. Se los muestro…—. Pausa de las situaciones con sangre y comienzo de la guía moderna. Puertas abiertas, asentamiento del primer mosquetero paciente, explicación estudiada:


— Los asientos son de cuero. La regulación es automática, si querés reposar un rato. El volante es muy fácil de maniobrar. Los cambios también son automáticos. ¡Ah! Y para vos, Juancito, el panel te muestra los números de grados, cuando encendés el aire. Además, arranca cuando le digo “Estoy listo, nena” Es algo nuevo que se inventó. No se escucha nada cuando manejás, pareciese que anduviera en una cápsula. ¡Ah! Toca ese botón y fijáte lo que pasa!—. Techo que se abre y sol que quema las pieles. — ¡Esta bueno!, ¿no?—. Boca abierta del primero y fastidio saturado de Juan.


Fuera del coche fantástico, Juan quiere saber de su vida personal:


— ¿Cómo están tus hijos? ¿Qué carrera seguía el mayor?—.


— Están todos bien, gracias. Sigue periodismo. ¡Se me olvidaba! El baúl es muy grande, entraría una vaca. La carrocería parece carbono, pero es chapa. Los paragolpes son de plásticos muy duro. Lo que no me gusta es el color que tiene, ese rojo oscuro—.


—Queda bien ese color. Va con vos. Te felicito por el auto. ¿Cuánto te costó?—. Interés del primero—.


— Cien lucas. Tuve que ahorrar y conseguir un buen trabajo. La remisería no me daba mucho. Hasta tuve que vender el Escor—.


— ¡Sos único! Si llega a chocar tu ex Escor con este Audi, lo destroza al auto nuevo. Es puro plástico. ¿Por qué comprarte otro, si ya tenías uno?—. Enojado Juan, necesita respuestas.


— Lo que pasa es que un tipo tenía el mismo modelo y lo tuve que cambiar. No me gusta tener algo idéntico con nadie—.


— La interminable superación sobre el otro. ¿Vas a la iglesia todavía?—. Verdad de Juan y posible concordancia.


— Si. Todos los domingos. ¡Ah! Y los neumáticos son de…—.



Cartón, madera y...

La vida del Dr. Mott seguía sin tener prioridades y mandatos. La cabellera larga y la barba gruesa, corroboraban su hermosura natural, al igual que, el traje roto y los mocasines descosidos. Del amanecer a la noche, del cielo desnudo a la exageración de los vestidos con su reciente transpiración, esa humedad que limpiaba su cara; su viaje no terminaba.



— Mmm, rica pizza. Lástima que el queso no está en buen estado. Sin embargo, “Tronador” hace la mejor pizza. ¿Queres probar, Paco?—. Alegría del vagabundo junto a su perro, comida obtenida en la bolsa de basura de algunos locales. — ¿¡Me estás jodiendo!? ¿¡No te gusta!? ¡Sos el único canino fino que conozco! ¿Tampoco estás a gusto en ésta supuesta casa de madera y cartón, al lado de las vías del tren? ¡Hubieras topado con un hombre burgués!—. Sermón de la realidad, mirada brillosa del animal y mordisco hambriento de la porción. — ¡Muy bien! ¡Buen compañero! Abro la otra bolsa y veo si hay algo de bebida capitalista, así tomamos—.La lluvia ensalzaba la media noche, los charcos se apoderaban del suelo asfaltado, frío tatuado de viento sin paz, árboles inquietos a punto de dar sus primeros pasos. Ningún alma temeroso en los alrededores; solo el mojado Dr. con su caminata y su bolso colgado. Reposo de sus pasos y del espíritu para gritar su identidad a lo alto.


— ¿Quién es ese loco que grita? Debe estar ebrio… Mmm, pensándolo mejor…se mantiene parado, así que debe ser un loco como nosotros, Paco—. Observación desde una rotura de la casa del vagabundo. Salida hacía la función tormentosa y de un llamado.


— ¡Pare de gritar y venga! ¡Se va a enfermar!—. Cable en el fondo de la tierra del Dr. Fija atención al llamado y dirección semi apresurada hacia el palacio de madera y cartón. Potencias que se encuentran por primera vez, impresiones de las casualidades.


— Tome esta manta y séquese un poco. Ahora le doy ropa—. Bienvenida bondadosa, un ciruja acogiendo a un extraño y un perro durmiente. —Aquí tiene, compañero. Le traje también algo de pizza y restos de empanadas. Coma y después hablamos. Mientras busco para tomar—. Hambre que desparece, placer de comer sin masticar. Estudio de las genialidades de la arquitectura, de parte del Dr. Pequeñas ratas y bichos que se presentan por el piso. Ruido de la ida o venida de un tren carguero. Más admiración y comienzo de la charla:


— ¡Muy buena construcción! ¡Lo felicito! ¡Tiene una gran maña! Por cierto, gracias por convidarme de su cena. Mi nombre es…—. Trata de olvidar lo que fue, inventando un nuevo nombre. — Rogelio, ¿y el suyo?—.


— Mucho gusto, Rogelio. El mío es Juan. ¿Por qué gritaba al cielo? Por los relámpagos, creo que estaban discutiendo…—.


— No está tan errado, amigo mío. Fue un desahogo para que supiera que estoy vivo y más perdido—. Mueca simpática del Dr., por la pregunta de Juan. Corriente con abundante voltaje.


— Somos tres entonces, ya. Usted, mi perro Paco y yo. Improvisar con lo que uno tiene y sobrevivir bajo la dificultad es realmente vida. Eso es lo que creo—.


— Hace seis años que no me pongo de acuerdo con alguien. Vivir es la constante superación de encontrar formas para no morir. Si renunciar a los privilegios es vivir, pues quiero respirar eternamente. Lo que ha hecho con simpleza lo engrandece. ¡Hasta tiene un amigo que está dormido!—.


— Vivir…Ahora critico, pero no me gusta estar así. Dirán: “Es una victima de la pobreza” Eso me encanta, porque cada día soy más rebelde y más paranoico. Pero a la vez, quiero que todo sea fácil. Tengo sesenta y cinco, no soy un muchacho.


A Paco lo encontré en una caja hace diez años. Lo abandonaron y yo lo adopté. Doy mi confianza solo en él. ¡También es mi psicólogo! ¡Me escucha todo el tiempo!—.


— El cuerpo no es suficiente. No se puede renovar nunca, si cuidarlo. De toda manera, es un sabio de la dificultad. Algún momento me toparé con usted para aprender ciertas magias—. Quita de la ropa otorgada, puesta de las prendas húmedas y pronta retirada.


— ¿¡Por qué tanta reverencia!? ¡No tiene concordancia! ¡Usted es el que desarrolla la conversación! ¡No entiendo! ¿Quién es, exactamente?—.


— Es lo que estoy tratando de averiguar. Defíname cuando me vaya de su hogar. En fin, me iré con el gusto de haberlo conocido. Me espera una inagotable lluvia—.


— Igualmente. No miré nunca atrás—. Estrecho de manos vigorosas. Salida y últimas palabras:


— Lo recordaré. ¡Hasta siempre, Juan!—. Comunión con la oscuridad multiorgásmica y otro rumbo. Última mirada del vagabundo tras las espaldas de su visitante: “Usted es un mal parido y un desubicado. ¿La felicidad lo alcanzará?.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Brenda Garzín (Rompimiento)


— ¿Por qué no contestaste a mis llamadas de hoy?—. Interrogo del novio modelo de Brenda Garzín, después de haber hecho el amor.


— Hubiera sido absurdo. Ayer acordamos en vernos. Acá estamos. Te extrañé, lindo—. Caricia en el pecho, piel contra piel—.


— Pero tendrías que haberlo hecho, ¿para qué te compré el celular? ¡Un mensaje de texto hubiese estado bien!—. Cínica risa de autoritarismo. División de la armonía.


— No puedo depender de un aparato. No guardes más tus aventuras, avísale, a mi suplente, que puede venir cuando quiera. ¡Y tomá tu celular, se le acabo la batería!—. Corrida de la cama, Cabello recogido, pollera puesta y remera por encima de los pechos. Post-charla maternizado.


— Si te vas, no esperes que después te busque. ¡Cómo vas a ofenderte por un pedido tan mínimo!—. Fanfarrón, dueño de las causas.


— Me cansa que uses tu fe en esos aparatos de rastreos. Mi independencia no puede ser distorsionada; ni por vos y ni por quien fuera de existir. No voy a pedirte disculpas, tampoco una explicación sobre ese labial que esta en la mesita de luz. ¡Sé mas astuto!—. A punto de salirse por dónde vino.


— No es lo que pensás…te lo compre para vos y como no me contestabas, lo deje medio abierto. Lo iba a romper—. Abogado a punto de demandarse solo.


— ¡Ay que tierno! Lo bizarro del amor es que limita la libertad y algunos privilegios. Si en una partida inicial construiste este amor, en este preciso tiempo, acabas de matarlo. Es el gran poder del hombre patético. Sos un súper hombre—. Reina sarcasmo, ciudadano inteligente.


— ¡Por lo menos estoy bien de la cabeza! ¡Siempre con tus frases cocainómanas! ¡Harto me tiene tus palabras! ¿Quién te tendría como novia? ¡Nadie!—.


— Me duermen tus longevos insultos. Me tendría un verdadero hombre que no piense en si mismo, sino en mí. Compartir es amor—. Puerta abierta y un saludo de Brenda—. ¡Hasta siempre, mi rey!—.


— Pero no te vayas…por favor…—.

La gran trampa


— ¡Ayyyyyy! ¡Me duele! ¡Es insoportable!—. Espera del quinto hijo de la misma mujer. Bebé que no quiere salirse del cómodo vientre.


— ¡Siempre lo mismo! ¿¡Cuántos hijos vas a tener!? ¡Puja, puja! ¡Enfermera! ¡Súbase arriba de la mamá, así traemos la cabeza hacia la vagina!—. Dr. Núremberg, amargado y salvaje. Los anteriores hijos de esa mujer han pasado por sus manos y por su brutalidad.


— ¡Ya no aguanto! ¡No me hable así! ¡Lo voy a matar, viejo!—. Sin explicación oracional de la fuente de vida que debe llenarse. Trabas en el camino, ser que no quiere ver el sol ni los cuerpos de las voces.


— Se nos ha ido el control. Vamos a cortar un poco y usar las garras metálicas para sacarlo. Espero no causar tanto daño al bebé. ¡Es esto o que muera la madre!—. Cansancio por las cuatro horas del evento. Método riesgoso, efectos que cobrarán sentido, si esto se concreta. Puertas cerradas de la habitación paraque no entre más nadie.



—“Amor, vida, encantos de mi corazón…”—Canta la Dra. en pediatría, Gutiérrez. Termina su turno, pero revisa todas las salas, por si acaso.


Entra al lugar donde todavía hay problemas por la salida del niño que atiende Núremberg. El Dr. se enoja y se va lejos de su paciente; Gutiérrez toma su lugar.


— A ver, mamá, Respira tranquila y no te pongas nerviosa. ¿Cómo se llama el varoncito?—.


— ¡Edgard! ¡Edgard! ¡Apropósito me lo hace! ¡Se mete más adentro!—. Ultimo esfuerzo maternal.


Ratos de silbidos y cantos de la Dra. para atraer la atención del extraño. Voz dulce que vibra en todo ese mundo interno.


Curiosidad y salida perfecta del hombrecito difícil. Lloro del recién nacido en manos de la melodía.


— Acá está Edgard, tu hijito. ¡Hermoso resultado! ¡Felicitaciones, mami!—. Entrega a la madre, bañado de sangre y enfurecido por su llegada.


— ¡Y no lo hizo adrede! Su hogar esta en vos, mamá. Dale la teta—.



viernes, 9 de septiembre de 2011

Niños


Estoy dispuesto a escuchar todo lo que no toleras de mí. Así, puedo trabajar en lo que me convertí y cambiar algunos males y volver como antes, al que querías. Necesito saberlo—.


— Bueno. Antes eras humilde y muy bueno. No contestabas como ahora. Tampoco buscabas peleas ni te molestaba casi nada. No se qué paso con vos—.


— Ahhh, tal vez, siempre dejé que me usaran y por eso me consideraban bueno y tierno. No tenia tanto cansancio como ahora, no aguanto ni a mi persona—.


— Disfrutaba estar al lado tuyo. Eras mi hermanito, al que enseñaba algunas cosas básicas. Ahora, te pones la corona y ni siquiera podes auto gobernarte. ¡Encima me miras el culo cuando me doy vuelta! ¡Cambiaste por completo!—.


— Cuando uno empieza a adquirir poder al principio es un lujo, después…todo lo contrario. ¡Soy un fugado! ¡No un rey! ¡Mi disciplina es confusa y nadie la comparte! ¿Qué esperas? ¡Soy un hombre salvaje! ¡Observo todo lo que no puedo tocar y lo que no es real!—.


— ¿¡Para qué preguntas si me vas a cuestionar!? ¡¡¡Ay Dios!!! ¡Siempre él tiene la última palabra y toda la razón! ¡Loca me pones! ¡Loca!—.


— Te doy otro punto de vista, nada más. Te hago reír, enfurecer y llorar, ¿quién se atrevería a ubicarte en esas tres dimensiones? Sé que en algún cajón de tu complejidad estoy guardado. Ah!! Y este chocolate es tuyo, linda. Por los buenos y malos momentos…—.


— Ya es el número noventa y ocho de chocolates, desde aquella vez. ¡Por qué tan raro! Igual, esto no va sacarme el dolor de cabeza que estoy teniendo—.


— Es un placer regalártelos. Shhhh, Te cuento algo…—.


domingo, 4 de septiembre de 2011

Bienaventurado

Biensostenido el caudal de los tropiezos.

Desengaños que se cuadriplican en la vieja infidelidad. Soborno exquisito humanista-material por el silencio y por el bajo mirar (ciudad saturada, campo emigrante)

Mentira, verdad, posibilidad, certeza, razonabilidad, verdad, mentira, falsedad, erróneo. Grupos que se forman en cada combinación conveniente.

Síntesis de la problemática, elaboración de los codazos que pasan desapercibidos (uno contra todos, todos contra uno)

Ladro rabioso de ocurrencias y destellos lunáticos (justicia viuda, hijos solitarios), que estima el diferenciador.

Bienaventurado sea, enfermar cada vez más y no sanar en todas las vidas que se otorga. Bienmaldecido sea, lo que muere, lo que hiere, sin salvación de amor…

domingo, 28 de agosto de 2011

Fosa

Revejecer en la gran fosa con los anteojos guardados en el bolsillo y los zapatos embarrados, por estar de pie. Intentar, inútilmente, encontrar el deseo y salir a envestir lo que no atrae. Dividir la actitud del fideísmo, la pimienta del gusto, el logro de la satisfacción, la belleza del cuerpo y lo sagrado del deber; por temblores restringidos.

Dejar la barba crecer, al igual que el cabello y las uñas. Aguantar la descomposición de la piel y al hedor pacifico.

Sentarse en el barro y mirar alrededor de la fosa, observar que es cielo, que es amor...

viernes, 26 de agosto de 2011

Distintas apariencias

No es lo que aparenta. No puede ser interpretado. Solo yo puedo explicar las pericias. Insisto: No todo lo que se ve es estructura; no todo lo que ahoga es oxigeno…


Hay que pensar en las dudas y no en el rostro ni en la respiración, Lo que confunde no es engaño. Lo que se asegura no es la íntima verdad. Lo que se dice no es totalmente lo que se siente, porque lo que se siente no tiene idioma general.


Un beso es la vida reducida de quienes forman una sola plataforma helada sobre el espacio caliente-incurable de lo que jamás puede parecer. Puede entibiar si es, si son…


Vuelvo a repetir: Las poesías no son de amor, sino de existencialismo. Y el sabio no es más que, un crítico clásico.



jueves, 18 de agosto de 2011

Brenda Garzín (la busqueda)



“…Quien viva de escenas estériles, retorna a la blancura de la forestación, que nunca debió emigrar. Propiedad privada carnal, herejía de la esencia que se desliza en la orilla Tragimburgo sin penetrar la marea”.


Versículos teatrales del desaparecido Dr. Mott, leídas por Brenda Garzín, antes de ir a dormir y soñar con las pautas de su curiosidad. Pre-escribe su visión a cerca de las obsecuencias de los mundanos sobre el centro de la necesidad, marchitada de poemas de desencuentros y casualidades. Investiga la vida y el paradero del Dr. que más de diez años no se sabe de su presencia. Lo han homenajeado por sus ensayos y por su visión filosofal de todos sus temas. Si bien, la muerte de Straintaknov tuvo repercusión de una supuesta “mala determinación” sobre el análisis, no interrumpió su profesionalismo. Pudo tildar su error como necesario: “…Encontró perdón y se libró…” Algunos chismes dicen que, lo han visto en el cementerio del ex paciente y por consiguiente, pudo asistir a su refugio ante la lluvia interminable.


Ya cansada, dispone de otra parte llamativa de una breve narración: “Lo que hago no es verdad a lo que soy. Parezco un soplo aislante que remueve polvo, aunque, oficialmente, sea un bufón extremista”, Desligamiento a un parecer, cuando ella, se esconde en la cama y se obliga a reposar…

viernes, 12 de agosto de 2011

Capitán





La morfina y la demencia, los motivos de su vigencia. Se ha borrado el retrato de ese joven adolescente hostigador, culto y habilidoso, para ser un anciano débil y sin recursos. Lejos quedó aquél hombrecito que adquirió potencia y preámbulos a medida que la industrialización fue avanzando, arruinándolo todo. Nació y se crió en Europa, y se esparció por todas las regiones; bienvenido o no tanto, por cada poder. Promulgó sus dotes como fuerte ideológico a todo terreno baldío, que quería árboles y más piezas para su pronto paraíso; fundando la secta más vil y aprovechadora de todas las décadas. Logró una representación del esfuerzo y del propio tiempo, “la recompensa”.


Algunos rivales le dijeron de sus excesos y de sus grandes errores, pero no escuchó y siguió interrumpiendo mientras hablaban. Convertido en EJEMPLO DIOS, las guerras fueron en su nombre y de la deficiencia humana, blanqueado de muerte, hambre, vergüenza y sistemas a gobernar. Creó mandamientos irregulares, entre los cuales estaba el neoliberalismo. Si lo que le faltaba al rey era una mano derecha, quién más que su hijo.


Ha podido contagiar sus virus a los escasos glóbulos blancos de economías propensas, que entregaron su lenguaje. Un resfrío en la inmortalidad…


Pero la gente se cansó. La revelación se sintió por todas las actividades en contra del menos importante. Un papel con un número es motivo de humillación.


Puesto en la sala más fría, continúa su enfermedad y su mal humor inteligente. Presencia las manifestaciones de su propia culpa, para el llamado de la total igualdad. Pequeña oración en carta abierta de su voluntad: “No dejen que fallezca, ¡deben matarme!...”.

















domingo, 7 de agosto de 2011

Supenso abierto

Acaba de negrarse todos los sentidos. Los homicidios no tienen definición con la moral y los camicaces no se relacionan con la ética occidental. La gratitud prestada se paga con los diamantes y platas de un mercante robado de mares árticos (no esperéis lo que has dado) La noche embellece a toda la materia carbonizada y fiera. Una verdad no alcanza para tantas falsedades…


Se pausa las futuras deducciones de lo que no será. Dirigir al tiempo es un pecado insobornable…


El sexo ahora no es alegría ni nexo con la vida, solo es un traspaso hacia una puerta imaginaria, para morar y aceptarse real. El placer, de dos cuerpos amorosos, se desencadena y da lugar al orgasmo alquímico (la santa lujuria hecha oro puro)


Mirar como un ciego (sentir y creer que es) y dormir como un muerto (perder el juicio y olvidar) en esta noche interminable de más sentidos…

domingo, 31 de julio de 2011

Limonada




—…quiero dejarte en claro que, ninguna ronda me hace marear. Aunque te mande en el seno de mi enojo, siento amor por vos. ¿Sabías que todo lo que sale de mi boca son tan solo canciones?—.


— Logré encontrarte la vuelta. Por eso no puedo tomarte en serio ni odiarte. Tanta potencia hay en tus ideas que tu mecánica no basta. ¡Sos una etapa olvidada!—.


— Gracias. ¡Este nunca fue mi cuerpo! ¡Me lo robaron en una madrugada! Los años me van rejuveneciendo, ¡es más!, creo que regresaré como un embrión. ¡Puedo llegar a ser!—.


— Todo el tiempo lo sospeché. A veces no sentía compasión por toda tu victimización que me inculcabas, pero ahora proyecto que, no fue tu voluntad hacerlo, sino que, es la tinta de tu magia. Usar tristezas y convertirlos en actos repentinos, es un retrato químico. ¿El asma es tu oro?—.


— Te agradezco tanto. Voy a decirte que, desde niño, tuve ceguera hacia mis alrededores, cuando andaba en bicicleta con las ojotas inmensas de mi padre. Ayer deseaba y hoy no dejo de hacerlo. Tu amistad es la gravedad que me hace poner sobre las aguas y soy gozoso de eso. El asma es mi oro, donde rio cuando el aire no llega, desencantando la imposibilidad. En instantes memorables, veías como la carcajada besaba mi tonelada, cuando pensabas que me estaba muriendo. Son las moléculas saladas de la abundante miel—.


— Lo recuerdo. No sabía como traerte en si. ¡Parecías el hombre más feliz! Arranqué algunos de tus cabellos para que dejes de reír. ¡Respiraste delirio por diez minutos!—.


— Respiré fuera del cosmos. ¿Lograré dormir fuera de el? ¡Vamos!, ¿otro vaso con jugo de limón?—.

domingo, 24 de julio de 2011

Final poético


Esto no se puede permitir. El lugar se llena de más hongos, agua saborizada y de un olor tan terrible, como el aliento del absuelto Barrabás. ¡Y falta lo mejor! ¡El calentamiento neuronal se expande desde el razonamiento hasta la última gota de densidad! ¡Ni los fuertes calmantes modernos pueden con esa credibilidad! El lugar no concuerda con los planes; por más que se quiera afianzar sobre lo oculto. ¡No! ¡No! ¡No! ¡Intolerable! ¡Sumergir la cabeza en el océano Atlántico y obtener, en consecuencia, el fluido vapor de la corteza caliente! ¡Inaudito! ¡Más perseguidos inocentes!


No se explica la causa, solo el problema; y ese conflicto jamás ha de acabar si la palabra no despierta a tiempo. ¡La fé debe ser un sentido espiritual y no una conveniencia pagana!


Articulación de los nervios bipolares que no dejan de relevarse y presunta riqueza de la inconclusa verdad de un mentiroso (fin poético)…




domingo, 17 de julio de 2011

Trasgresor


Solo quiero regresar a la trasgresión para memorizar los puntos críticos del paganismo individual, aquél enfermizo amigo que, con sus buenas violencias, adjudicó mi serenidad y lo pudrió de prepotencia. Quizá murmurar al costado del escenario nunca fue mi ubicación; lo seguro es que, fue el anticipo para el fin de enloquecer frente a la multitud y revivir a todas las momias secretas. Es solo creer en los galardones y ver los asientos vacíos. ¡Eso debo saber! ¡Y lo tengo que entender!

Si hablo, no me comprendo. Si escucho, no lo acepto. Si fijo mi razón en las palmas de mis manos encuentro que, la suavidad brilla, el tejido refuerza una base, las dos líneas se enlazan, pero… ¡una queda sola! ¡Una marca costea la dirección racional! ¿¡Por qué encontrar ejemplos personales en el cuerpo de piel!?

Todo lo que pienso, en parte, se vuelve figura y nada lo que siento se presenta, totalmente, como núcleo impresionista a lo que desconozco.

No solo he de memorizar, sino también, he de cantar, en breve, sin estribillo y sin bises.