jueves, 22 de diciembre de 2011

Leal (amado traidor)

Intento disuadirte y creerte...


Muerdo mi lengua y expando mis oídos, con el fin de librar todos los secretos. Acompaño la percepción y la voluntad de pocas palabras. Garantizo el perdón de Judas y de la pena del crucificado. Tómo el jarrón de vino tinto para sentir la sangre viva de todas las pasiones. Sáco la mugre de mi cara con el paño húmedo, cubriéndome grisáceo el punto de vista. Me arrodillo, quemando la piel peluda y rompiendo la prenda.


¡Pero no llueve! ¿¡Y la lluvia ardiente!? ¡Me duelen las rodillas! ¡Estoy sucio y bien borracho! ¡Juro que no pondré las manos en el infierno por nadie más! ¡No hay tales ocultismos, solo puro inventos de intelectuales pedantes! ¡No voy a mirar más lo que no puedo! ¡Clausaré el habla y me tiraré en las piedras! ¡Que mis labios se mojen de diluvio y no de besos amorosos (amor, amor, cansado traidor)!


¡Voy a dejar que la ironía te haga perder hasta que no te conozcas y que brilles de controversias! ¿Y lo adorable de todo esto?, ¡es que te creo con seguridad!, aunque no fueses leal...

viernes, 2 de diciembre de 2011

Terapia


—…Y todo se repite. Algunos viejos aparecen y prometen volver. Otros están y amenazan con irse. También moran los sorprendidos que no entienden mi alta voz y mi grueso fruncido de ceja. Algo puedo entender por qué tantas repeticiones—.


— Buscás siempre lo bueno de todo. Materializás todo lo soñado en las personas. No tenés que ver más allá sobre lo que hará un ser en cierto tiempo, ¡es una locura!. Vivir no es predecir. Se disfruta el instante, nada más. ¿Qué entendés de las “repeticiones”?—.


— La inconformidad. En todas las secciones hablamos sobre eso. Cuando todo parece estar bien, lo dudo. No es pesimismo, sino que es una irregularidad que permite darme cuenta de que soy incompleto, todavía. Es una maña, lo sé—.


— “Si uno no se ama…” Sabés el resto de la frase. No te encierres diciendo: “Soy difícil, lo entiendo, ¿qué puedo hacer?”. No sos difícil, hacés que sea difícil. ¿No podrías cambiar la reflexión por disfrutar algunas situaciones?—.


— Disfruto reflexionar. No sé si me amo, pero estoy de acuerdo conmigo mismo. Intentaría no enfurecerme, es otro motivo inconcluso. ¿Soy cerrado, solo porque sostengo una verdad natural?—.


— No. Sos cerrado porque justificás todo. Un hombre que justifica, es un niño que hizo una travesura. De igual manera...veo una mejoría—.


— Me hiciste reír. Intuyo que después de marcharme, vas a tomar un trago de “etiqueta negra”—.


— Primero voy a fumar, espero que no te moleste…—.


— Adelante. Abro la ventana. Tengo que hablar algo más…—.

Moda

— ¡No tenés ninguna relación con esa remera roja con estrellas! ¡Perdón! De color coral… ¡Respira con normalidad, asmático! ¡Deja de ocultar la panza llena, ¡que salga!, ¡acepta el tiempo de ahora y rechaza la anterioridad!



No puedo castigarte por la bermuda de jean que cubre parte de tu cuerpo. Sin embargo, ese calzado moderno… ¡Caray! ¿Te dije que sos, el primer astronauta ruso, en pisar Mercurio? ¡La divinidad para los inconformistas! Y para la moda…los que tienen buen gusto estético. Discúlpame…la moda como superación corporal,



Las herramientas y las soluciones mecánicas no son tu fuerza. ¡Basta de destornillar y escápate del problema! ¡Tus esfuerzos no pueden ser entendidos! ¡Falta de respeto!, ¿por qué?, porque tenés que saber las costumbres y el idioma! Tranquilo…Dios da gracia a los incultos y ansiedad a los perdidos. Tampoco EL me cae bien, pero supongamos que molesta en las fronteras...



¡Ponéte un traje gris, zapatos acordonados y rápate la cabeza! ¡Deja entrar viento fresco en ese pensamiento! No vas a tener calor, te lo aseguro...—.