miércoles, 26 de diciembre de 2012

Absorción

 
 Los padres son hijos y los hijos son padres. Tiempos que prosiguen a ser los mismos. Acontecimientos más duros, a pesar de las advertencias olvidadas. Sabiduría que no está en toda ésta esfera drogadicta, Hombre proxeneta, Tierra infectada de sida y hepatitis. El poder ya no solo es ceguera, sino también, esclerosis múltiple. ¿Seguir a los que están detenidos?, ¿seguir a los que retroceden? El hurto ya no es un pecado, se trasviste como una ventaja corruptiva. Toda prosa romántica esconde una sombra política, dulce-amargo, unitario-federal. Resultado del arte, hermosos planos artificiales.

 Estiramiento del elefante, caballos como ejecutores. El blanco atado en las piernas y la colorada prendida en los brazos. Explosión de la carne, otra vida que pasa…

domingo, 16 de diciembre de 2012

Guampa de oro, creyente santo...


 ¿Lo ven con precisión?  ¿Cuán puñales se alojan en su buena espalda? ¿Qué clases de traiciones se dio cuenta, por si sólo? ¡Trabaja casi todo el día y encima lo cornean! ¡Cumple los caprichos y lo tratan mal! ¡Se aguanta todo su olor a hembra impía y tiene el descaro de comportarse como una comadreja, vestida de yegua! ¡Tenés la culpa, iluso! Si tenés sed, ¿¡por qué te ahogas con lluvia de arena!? ¡Cruzaste el rio, durmiendo, estúpido! ¡Te están cagando en tu gran descampado! ¡Toda la ropa que le regalaste, la vendió o lo usó con otro! ¡Cuando le hacías un chupón en el cuello, el infeliz le dejaba tres en la cola y uno en la teta, ella decía que eran tuyos también! ¿Te acordás cuando le ofreciste todo tu tiempo, por ver mejor a su madre, tras su anunciada muerte? ¿Y la vez que la llevaste a la clínica, aquella madrugada fría, porque le dolía la muela? ¿Y cuando perdió al bebé y no sintió dolor alguno?, ¡lloraste como un buen padre! ¿Y el día que se quedó con su hermana, porque se sentía mal por una separación, y resulta que, se habían ido de parranda, tocando a cuanto strippers tropezaban en sus caminos? ¡Bendito seas, orador del engaño! ¡Cuánto te alabo, macho! ¡Guampa de oro, creyente santo!

viernes, 30 de noviembre de 2012

Confidencialidad de todos

El reposo extirpa las verrugas. La ironía es factor fundamental para encarar la atención de almas renegadas y proceder a grandes desarrollos. No se sabe pelear, pero el uso de la fuerza explosiva se prueba, cuando los controladores abandonan sus ataúdes para envidiar la física de la vida; un átomo moribundo se presenta, cuando vuelven a soñar con desvanecimientos.
¡Al fin estoy como debo estar! ¡Esta maquina de sentimiento barrial es la que arrasa con todo! ¡Mi humanidad es la quiebra de la galaxia! ¡Se han confundido de caballero! ¡Soy brillo, no sol! ¡Soy descarado, no educado! ¡Soy egoista, no comprensible! ¿¡Han entendido qué, todos los enrolamientos tienen sentidos, para ciertos cuerpos!? ¡Soy mierda perfumada de contradicciones e indecisiones! ¡Humano que habla por descuido! ¡Humano que escucha por afeminado! ¡Una gran receta para que el obeso engrase sus arterias y culpe a la ansiedad como coautor! ¡La ansiedad lo ha comido El angurriento!, por eso es pena, no detener su hambre. ¡Exijo indirectas a mi desnutrición, urgente! ¡Beber no me satisface lo suficiente! ¡Romper vidrios es una tarea agobiante! ¡Denme los frutos de esos bosques esotéricos, ahora! ¡No voy a enojarme si no me lleno por completo! ¡Escuchen mis palabras y confíen en mi tartamudez! ¿¡Sigue esa idea poca convencional!? ¡Jaaaaaa! ¡El amor elimina y produce odio! ¡Imbéciles!

viernes, 16 de noviembre de 2012

La incontrolable muestra de inocencia


¡Desobedecí tanto! ¡Tanto, tanto y tanto! Tuve chances para subrayar algunos acuerdos y oficializar las equivocaciones, a través de grandes actos. ¡Que bien me fue! ¡Hablé con complicaciones  para concordar un hecho corrupto! Los diarios ofensivos pusieron: “Un mafioso repetitivo encarcelado” “Cayó “lengua torcida” “Se traba mafia violenta”.  Rompí esas leyes en que consistían tener lástima a los que no poseen con normalidad su cuerpo o su mente. A decir verdad, no solo trafiqué, ¡también maté! ¡Le di un terrible tiro en la frente a mi jefe! ¿Por qué?, ¡porque me dijo que hablaba como el orto! Ahí y con frio lo mandé directo al basural. Los otros jefes se impresionaron por la ida de ese estafador colombiano, tuve que desmentir sin estancarme en ninguna palabra. Usé un vocabulario simple con muchas palabrotas para no entrar en nerviosismo. Convencí a cada uno y logré avanzar un poco más. Solía empolvarme la nariz, inyectarme y fumar, y comprobé con éxito, que aunque los delirios se hicieran fuertes, el hablar seguía siendo defectuoso. Los principios que había recogido, los ignoré. Dejé de aceptar algunas cualidades que tenía. Quemé cada objeto que me identificaba como “buena persona”. Borré esa sonrisa tonta y cicatricé mi rostro como señal del mal. Me cogí a todas las chicas exuberantes y a sus respectivas madres. Reconocí a diez hijos de cada puta diferente; los distancié de toda asquerosidad paraque estudiasen y sean lo mejor de mí. Contribuí a la buena vida de mis hermanos y sobrinos; a mamá le compré una casa a orillas del este de Brasil. Adelgacé, forme músculos, tatué la mitad de mi cuerpo de escrituras mías que marcaron cambios. Ninguno de mis hombres o ajenos, hizo una mueca de risa ante mis charlas; yo era el serio y el más helado de los violentos. Temí a ser más malvado del cual ya era, hasta que dormí con hipocresía en tanto mataba a otro lagarto hijo de puta. Sorprendí a mi novia que estaba revolcándose con un lacayo drogadicto, en un hotel barato, afueras de la Gran ciudad; primero le dije que ponga todas sus alhajas, ropa y las llaves del auto en una bolsa: ella, aterrada, me suplicó que la perdonase, y yo, solo dije algo leve: “Te perdono, adiós” .Luego le atravesé el cráneo con una recortada, y al traidor, lo torturé hasta ahogarlo con su propia sangre. ¡La muy zorra no sabía que le puse un rastreador en su celular! El dolor era tanto que, busqué a la familia del infeliz, supe que tenía una hija de diecisiete años; así que la secuestré y la violé hasta matarla. Un hombre que hizo justicia, eso era un alivio
 ¿Cuál fue mi error para que me atrapasen?  Siempre usaba personajes, me transformaba en gordo, calvo, pálido, triste, divertido, y varios adjetivos más por el solo hecho que no fuese reconocible. Un medio día de calor, estaba sentado afuera de algún simple café, de traje, anteojos, pelo largo, barba candado canosa. Para ese entonces, era un hombre buscado y peligroso, si se podría decir. Retomaba algo de mi identidad aniquilada. Leía de a ratos a Juan Pablo Fieman y Arthur Rimbau, y leía una frase, que había compuesto alguna vez: “No escaparás de la ansiedad, ni siquiera muerto” Volví a sentirme humano y completamente desubicado. Enardecía ese espíritu solitario desvalorado, cuando en repetición, sentía esa molestia en la nuca por ver al ciego que estaba en la esquina tratando de cruzar, si algún vehículo se detuviese para darle el paso. Corrí sin importar el riesgo, daba señal a los burros con licencia que tenía cruzar urgentemente. El viento era feroz, el atuendo se perdía en cada metro, volví a verme a través de las gafas del viejo y quedé impresionado. Lo llevé hasta el otro lado y el agradecimiento fue tal, que me dio un peso de propina. Enfrenté al sol y después de varios años, una lágrima repasó mis mejillas. Había vuelto a mi universo, no me dio vergüenza sentir la perdición de mi ubicación, alcancé la gruesa inmensidad de ser otro extraño, mientras la policía me tenía rodeado y el ciego proseguía a marchar, gracias a su instinto. Esperaba a que me tiroteen o me tirasen con granadas, pero solo obtuve pedidos de los oficiales paraque me quedara quieto y no resista. Debía pagar una causa, aunque fuese totalmente inocente…

miércoles, 31 de octubre de 2012

Indio


Banquete organizado. Protagonistas reencarnados. Invitados reconocibles y extraños colados. Tasajo y otras comidas criollas, bebidas en abundancia. Trajes del siglo XVIII, uniforme gladiador patriótico e hilo engrasado de caudillo. Charlas en pequeñas bandas, gruñones en la proa, chistosos en la popa, pensadores en las chimeneas y silenciosos en el fondo del océano. Silla vacía en el extremo de la mesa, entre el maestro y el general:
— Como puede observar usted, la maldición de éstos encuentros que uno tiene que concurrir… ¡Treinta y cuatro hombres!, ¡ni una sola dama!. No sabe la furia que llevo encima…Para agregar más leña a esta hoguera, le digo que ninguno de los presentes me cae bien. ¡Ignorantes insectos!—.
— Tome con tranquilidad este asunto. Con el debido y afectuoso respeto que le tengo, le diré lo que lo puede calmar: La camarera. Es linda y joven. Después de esto podrían intercambiar culturas…Usted me entiende… ¡Hágalo urgente!, sino quiere que le robe la oportunidad. Ya que nadie está sentado, relajaré mi pierna en este sitio, acompáñame si quiere—.
— ¡Pues no!. ¡No es una dama!. ¡Es una sirvienta!. No quiero relacionarlo con la raza gauchesca, ¡me llevaría un gran disgusto!. Gracias…Pondré solo mi brazo para flexionarlo. Me gustaría saber quién vendrá.
— Lo mismo pienso. Quizá se hayan equivocado y pusieron una silla demás; ¡algunos son tan mal enseñados que ni avisan su no concurrencia!. ¡Uhhs!. Tanto moverme, rajé el asiento, espero que no le raspe cuando se sienta algún fantasma fallador—.
— Le preguntaré a su “objetivo” quién es El que tiene que ocupar ese lugar. Tanto vino me hace incapaz de esperar. ¡Jovencita!. ¡Venga con toda su capacidad!. ¡Deje a esos invertebrados y reúnase con nosotros!—.
— ¿No fue algo fuerte de su parte?. Lo miraron como a un realista. Ahí viene la muchacha… Hable usted, temo no ubicarme e invitarla a la cama, sin antes presentarme…—.
— Si señore, ¿qué le puedo ofrecer?—.
— No te comas la s, niña. A mi no me puedes ofrecer nada importante, salvo algunas respuestas fáciles. ¿Quién es el afortunado que se ubicará en la principal cabecera?. ¿Puede entregar su cuerpo a este Gran señor que está mirándola con deseo infernal?—.
— Pué, me gustaría estar con ese señor. Me gusta su figura y su patilla. Y el don que va a estar acá es, Andresito—.
— ¡Ay doncella!, vamos rápido a la habitación—. Militar al atrevimiento.
— ¡Espera un momento! ¿¡Viene ese indio!?. ¡La puta que te pario!. ¡Toma!—. Golpe hacia la muchacha y auxilio del general. Idas de los dos y enojo del maestro, sentado con el vaso en la mano. Cigarrillo fulminado en los labios picantes. Borrachera inteligente, caminata y desmayo inmaduro.
 Descontrol de los demás. Falsos testimonios sobre uno y otro. Apariciones de mujeres y orgías en gran escala. Rehenes de los inconformismos, liberación de las plagas.
 Plumas en el pelo largo, manuscritos de colores tallados en el rostro, sangre en las manos ásperas, seres altos en su alma; se suma a la gran cena. Presencia desapercibida, comida traída por él, rebiro que da gloria a sus ansias. Caña evaporada en su garganta, observación atenta hacía los descendientes del pecado europeo. Voz borracha del gruñón, estático en el piso:
— ¡Miren quién seeeee diggggggnó a veeenirrrr! ¿Noooo haaaabbían engrillado, indiiiiiioo innndecccente?—. Otra muerte alcohólica, oídos sordos del guaraní. Ansiedad indomable, pasos con huida, resto del convertido brebaje entregada a las manos del necio maestro. Punta de flecha en profundidad de la madera, con astucia, después de un discurso escrito: “Dejé algunas vidas imperialistas a su merced, disculpen”.  Guacurarí.

martes, 2 de octubre de 2012

Cocaína




                                                  



Ráfaga con lloviznas. Existencia cubierta de lágrimas. Olas que golpean unas contra otras, con su sangre.
Upaca y Senotec, Hembra y Macho, Mujer y Hombre. Abrazos entre los interminables besos de posesión y consuelo. Voces en el interior de sus tatuajes.
—Amado mío, se acerca el momento de tu rendición. Que tu sabiduría natural se parta en mi lengua y por todo mi cuerpo. Ámame con tu sudor de guerrero y con tu paz de inmortal—.
— Dueña de mi cordura y demencia, sé que viene mi elección y el forzado destino. Necesito más de tu alma modesta y de esos sabores multifrutales de tu boca. Tu fuerza es mi permanencia, tu amor es lo que me hace ver más allá…—.

 Desprendimiento de carne contra carne, corrida hacía Mama Cocha. Listo para enfrentar el llamado de la mar y del poder femenino. Abandono de todos los aros simbólicos y desnudez total para una desconexión con el cuerpo y un retorno hacía la gran locura fantástica…
 Pulsación punzante y socorro de más deseo de Senotec  a Upaca. Sonrisa y respuesta positiva. Dos criaturas formando un solo ser, besos que despiertan a los muertos y sexo que aumenta la tempestad.
— Bello esplendor, no podría resistir sin dejarte algo de mí. Gocemos y te dejaré la simiente que crecerá en ti. Rujamos ante los dioses espías. Eres mía y yo tuyo. Rasguña mi espalda y lléname de tu infierno. ¡Hasta las eternidades más complicadas, llevaré tu olor!—.
 Calentura vigorosa-depravada-pecadora de Mama Quilla por ser espectadora de ese desbordante amor legitimo. Máxima crecida de la mar y despido de Hombre a Mujer, Mujer a Hombre. Salvación de Upaca por alguna obra extraña y escurrimiento habilidoso del Hombre entre las piernas de Mama Cocha, orgasmo que no sucederá en esa penetrante infidelidad…
Mama Cocha: diosa del mar
Mama Quilla: diosa de la luna                                                                                                                       

viernes, 21 de septiembre de 2012

Fondo Interior


Sospecha
Se irá al cielo, ¿con todos los pecados capitales y provinciales?, ¿no será gran peso que impida elevarse?
Argumento
La tradición como derecha simulativa. Revolución y arte, Caín y Abel, hijos que muerden del pezón de la misma teta.
Concepto de tregua
“Escucharán mi nombre en diversos dialectos. Como así también, leyes y experiencias de cada individuo que resucitará mi gemido. Seré el mismo justo como también El grandísimos hijo de puta, que ustedes crearon. De un Bello haragán a un actor del universo… ¡Gracias! No se maten por mí…
 Reconstrucción
 Pobre y Rico, palabras borradas. Orgullo extremista, designación maliciosa.
Obsesión
Amar y besar al mismo reflejo. Desconfianza y agresividad en profundidad. Escultor perfeccionista, tiempo de someter…
Teatros
  Discordia, ¿quién es el causante de todo?