...Te agarro fuerte la mano, las horas de tu despedida esta por venir, lo siento, lo presientes. Me miras con desesperación y tristeza, motivo para que desvíe la mirada a la pared, quebrándome de dolor y escalofríos. Ahí estas...Postrado en esa cama que te alberga ya hace 5 meses, con la piel tatuada de esas inmundas sabanas blancas, que han visto tus necesidades derramarse por su pecho, por no poder levantarte...Allí te encuentras, flaco sin grasa, inútil al respirar, sin fuerzas, tu rostro arrugado por la falta de vida y transpirado por doquier.
Abres la boca para conseguir mas oxigeno, pero tus pulmones agonizan sin tener esperanzas. Sabes que llega tu final. Me observas por última vez, aprietas con desgano mis dos manos, cuando me arrodillo ante la cama y derramo las interminables lluvias de mis dos cielos...No respiras más, tu mano se duerme en la palma de mis manos, como tu pulso. Tus pupilas se concentran en los techos de tus párpados. Queda tu boca abierta por completo, con el aliento de la muerte...Me destruyes por completo, la mezcla de ira y amargura hacen escenario para el poeta de mi aflicción y los poemas del vacío. Aprieto mis puños con furia sobre mi cabeza, sintiendo un calor insoportable dentro de mi, acompañada de un shock inexplicable, por saber que has sufrido, y que te he perdido...
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