Sangre

Glorioso infierno celestial, césar de mi imperio invisible, relámpago que azota mis nubes y llena de miedo mis cielos. ¡Me refiero a vos! Canalla mal cogido por Dios y violado por Satanás...Bebes la sangre de mi cuello, mordiendo con esos colmillos envenenados de fantasías, amores infortunios, ilusiones e inmensos castigos que entran por mi ignorancia y se escapan en mi sabiduría. Desangro y me vuelvo débil, no te importa un carajo las abiertas heridas que me has provocado...Sigues chupando sin tener hambre, no tienes sed. Te envicias de mí; soy tu única oveja en tu gran corral; soy el arpa donde tocas las putas melodías de un escape, desertar; soy el murciélago con rabia, que navega por esas frías noches que me regalas.

Me haces daño, pero... ¡Me gusta sentir el destrozo de mis venas por tus filosos dientes! Me encanta tu aliento depredador que se une a mi espíritu (la poca que queda) para llegar a mi borracha conciencia.

Eres poderoso...Tus garras quiebran suavemente mi cuerpo, para no resistirme a tu muerte... ¡A TU MISTERIOSA VIDA! Ya no importa una realidad ni una miseria de amor que ahuyente mi soledad.

Mis vestigios se desnudan como la clarividencia de pronósticos inciertos, y vos...te embriagas de mis tristezas para dejarme sobrio de delirios...Tomando sin parar, mi sangre.