miércoles, 19 de agosto de 2009

Besos y más besos



...Me sostienes al borde del precipicio, la mitad de mis pies se mantienen en la plena caída, mientras que la otra mitad se apoya en la roca. Quieres que vuelva en sí, necesitas salvarme (en tu aclamada desesperación se haya la verdad) o intentarlo siquiera. Sabes que en el fondo es mi hogar, mi destino...No renuncias a dejarme que me pierda (el amor te ha vuelto obsesiva) o formar parte de lo oscuro, lo moribundo. Pides prestamos a tus nervios para invertirlos en pequeñas esperanzas que ya no sirven, no sirven...Los pedidos de esfuerzos para aferrarme a tus brazos son muerte para mis oídos, que no escuchan, ya no quieren escuchar más. Me asombras por las insistencias de quedarme a tu merced, ¿no puedes entender la renuncia de todo?, ¿no ves que me entrego a las tinieblas? Tus ojos se llenan de infiernos de melancolía y una leve nostalgia (en ti misma nace una despedida que vendrá, te duele pero lo ocultas).

Las piedras se desmoronan, ya llega el final (frunzo las cejas y te miro con piedad), pero no lo admites, crees que el amor lo puede todo, sin embargo, esta vez te ha fallado conmigo (siempre es cobarde, aparenta ser heroico) y te ha mamado los senos sin calentarte...Extiendes una mano en una grieta, entierras tus dedos para servir como ancla, tendida tu otro brazo en mi, para no dejarme caer (¿por qué insistes tanto? ¿Por qué te lastimas?) otra vez...Ya el calor de mi presente se entibia, para formar nieve de perdición para todo mi dolor...Empiezo a sonreír con más estimulo sobre tu carencia mojada de optimismo absurdo, compuesta de tu puta locura que no te deja ser libre...No puedo verte en ese estado, destruirte no quiero, ilusionarte tampoco(temo hacer esto y arrepentirme, pero no queda otra) hermosa mía...Junto valentía y me balanceo hacía adelante para volver con vos...Mezclo los labios con los tuyos, comiéndote la boca. Libero toda mi vida en tu ser, muerdo esos gruesos labios y te amparo en mi pecho, dejas miles de lágrimas allí...Tus gemidos reposan en silencios y tus nervios mueren cuando me aprietas fuerte contra tus caderas.

Comprendes que no pertenezco aquí...Me acorralas más fuerte y me empujas a ese lago sin fin, pero vienes conmigo pegada a mi. Dejas todo y no piensas más, solo nos besamos y tocamos hasta desaparecer sin tener temor.

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