martes, 30 de junio de 2009

Encuentro, miradas y adios...

...Sube con su angelical presencia al tenaz colectivo, capturando mi dormida atención por completo. Mis ojos se concentran en ella, ¡cómo no observarla! Su pelo lacio largo, el color como el vivo petróleo que brilla como si fuera oro; labios enfurecidos por el pecado, atrae mis ansias por conquistarlos, por morderlos. Y su cuerpo... ¿¡Cómo explicar tanta belleza!? Basta solo admitir que, me ha puesto tenso y apasionante.

La veo venir ante mi, su firmeza al andar es loable y coqueto. Levanta la mirada hacía mi. Mis ojos se pierden en sus pupilas, agravando crudamente mi calma.

Se aproxima, y se sienta delante de mí del lado derecho de los 2 asientos, pegada ala ventana. Su fragancia se propaga, lo alcanzo a captar. Su olor se compara con la esencia de un jazmín de lo valles de los paraísos de las praderas.

La miro de atrás, aferrando la poca tranquilidad que me queda: "¿Qué me pasa?" El reflejo de la ventana, al costado, me permite ver su ilumine rostro. Como la pintura del borde de sus ojos atona e intensa fuertemente su mirada; se asemeja a un universo sin nada, oscuro, sólo sus pupilas da luz a ese abismo.

¡No puedo sacarla de mi vista! Imagino circunstancias de su vida, algún corazón roto que ha dejado, o lo contento que debe estar ese hombre por tenerla...Noto rocíos en su mejilla, que son rápidamente evaporados por sus dedos, tras limpiarlos...Pienso en una ruptura recientemente con un amado, que tuvo que afrontar, o el dolor de saber que nadie podrá entenderla jamás...Dejo de lado mis suposiciones, esta vez solo la admiro un instante más, es gratificante contemplarla.

La próxima parada debo bajar, es una tristeza decir "adiós" "Si tan solo pudiera hablarle" Me levanto de ese como asiento, con mi camisa arrugada, y voy hasta la puerta de descenso. Siento ser observado. Si, esa dama se fija en mi, tal vez es la observación habitual de cada persona al ver que he tocado timbre. Estaciona a mi destino el colectivo, antes de largarme, giro la cabeza y la contemplo por última vez, pero...a mi sorpresa ella también hace lo mismo. Se cruzan nuestras miradas, como también los pensamientos. Sonrío y doy un pequeño guiño con mi ojo derecho, y bajo a la calle.

Me encamino a un lugar, no se exactamente, recordando a aquella princesa, lamento no haber hecho nada. ¡Ni de decir una puta palabra!

Olvido todo por completo, noto el desprendimiento de mis cordones, me agacho parra atarlos y...Una sombre cobija toda todo mi cuerpo, es ella...Me levanto rápidamente y una vez más nos observamos sin hablar. En ese entonces se acerca y me da un beso intenso en la mejilla. Siento el placer el placer recorrer todo mi espíritu, me lleva a un horizonte en el cual nunca he amanecido.

Luego, la bella huye de mí, sonriendo y perdiéndose a lo lejos. ¿Cuánto puede expresar una persona con tan solo una mirada? ¿Cómo comprender que nos hemos amado solo segundos? ¡Todo es tan confuso!

Retomo mis riendas, riéndome por todo, y volviendo a olvidar. Enciendo un cigarrillo, y sigo caminando...

1 comentario:

  1. muy bien loco!! asi es, tenes que soltar todo lo que tu imaginacion te mande... esto esta bueno, un abrazo!!

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