martes, 1 de septiembre de 2009

Inevitable



Tus preguntas inconscientes golpean mi estado. No comprendes la maravillosa aurora que nace en mi sol negro (lleno de espíritus muertos que reclaman alguna divinidad) Quieres por una vez que sea vidente y te mire con éstos ojos oscuros (acéptalo, sos ciego, no te interesa ver más muerte de este mundo) y secos de vista. Crees que, la mejor manera de animarme a ver es desnudarte, para hervir mi curiosidad y caer en la trampa...Pero no lo consigues, todavía observo tus virtudes, sin mirar tu rostro...Me haces escenas de una buena película de caprichos, reclamos, codicia(siempre te gustó ser Sofía Loren) para un único espectador...Yo, el de la primera fila; el que estaba 10 minutos antes que comience tu obra(siempre ansioso a un hecho, a un golpe) La que veo desde hace tiempo, sin cansarme de ver, de verte...

Ríes sin gracia por haberme rendido a tus pies y de estar ahora sin chupándote el cuello...Quieres tanto dejarme libre, como tenerme encadenado a tus mechos de pelo castaño claro (brilla, brilla, brilla en mi rincón oscuro, alimenta mi visión) que se perdieron en cada parte de mi constelación...Sientes lástima por las necesidades de perdición que tanto añoro; las noches frías las cuales me aferraba con el cuaderno y la birome, para drogarme en soledad y emborracharme de escrituras.

No puedes evitar pensar en soltarme la mano (siempre te ha gustado la suavidad de mis palmas, las que tienen pecado y no creen en Dios), pero...Imaginarte el enfriamiento de tu cuerpo por la ausencia, te hace caer y enloquecer. Tienes en cuenta que, los sufrimientos están clavados en mi nuca, no puedes sentirte una mierda después de todo.

Me alejo...Por esos instantes no te importa (como toda mujer, el enojo dura poco), y dejas tu humildad de lado y te enfocas en tu orgullo...Exploro los bosques conocidos que nunca debí haberme ido, me tiro en el fondo del arroyo (hace frio, pero mi carne explota de fuego), desnudo y con la calma de estar en mi lugar...Vos, mordes tus labios de bronca, gritas en tu histeriqueo de haber olvidado, dejado. Rastreas mis huellas de evidencias para encontrarme (sabes que lo hice apropósito) y vas en busca de mi, de vos, de nosotros, de tu bienestar...

En lo alto de esas piedras, me miras como nado...Rio, lloro, exclamo, por las incógnitas abstractas de mi ahora crepúsculo...Te brota un espasmo de incontrolable calentura al verme; aceptas que soy la guayaba de tu árbol, la sal de tu mar, el vino de tu boca...Percibo tu presencia y te apuñalo con la mirada tus frescos ojos, alzando mis brazos para que te bañes conmigo y ahogarnos de deseo…

1 comentario:

  1. GROSO AMIGAZO!!! ES UN PLACER LEERTE LOCO, Y COMPARTIR NOCHES DE POESIA... AHI TE ESPERO GINEBRERO!!

    ResponderEliminar

victimas