domingo, 27 de marzo de 2011

Legitimo


16 de diciembre, de…


Querido y verdadero amigo:


No puedo comenzar sin quejarme. Apenas puedo escribirte, tirado en esta cama, imaginando correr y bañándome en aguas frías. Trato de ordenar todos los versos y que, entiendas todo lo que siento. Dejaré al final los presentes malos, mientras cambiaré de tema.


Como ves, me he incomunicado con todo el mundo. Di información falsa de mi fallecimiento y de mi seguido entierro. Realmente, ahora, me siento casi completo. Sé que vas a estar en desacuerdo conmigo, pero todo tiene una limitación física y tengo que aceptarlo. Más pasan las horas y más eufórico me pongo, por saber que, todo vuelve por dónde vino y que mi cabeza se expandirá en el fondo de la nada. ¿¡Cómo no voy a estar bien, si por primera vez sonrío de ansiedad!? Ningún ser podrá dibujarme este regocijo que manifiesto. No quiero ofenderte con mi declaración, sos el único que puede saber de mí y no pretendo perderte.


Quisiera preguntarte, felicitarte por muchos hechos, aconsejarte...pero me duele la cabeza, de tal forma que, me hacen cerrar los ojos. Este cáncer es la mujer que tanto soñé: me ama, me lastima, esta conmigo todo el tiempo. Pronto me casaré con ella, no podré invitarte, amigo mío. Sufro sin descanso, lloro a cada momento, esas lágrimas que nunca dejé salir en mi anterioridad y ahora sacia mi sed…


Muy pronto te mandaré todos mis textos. Sería un placer que seas el dueño de todo. Por favor, no quiero que mueran, quiero que sus conceptos estén latentes.


No habrá otra carta, tampoco otro despido. No sé si voy a recordarte después, ya que, este manuscrito era pendiente. Seguiré inquieto en mi miseria y deseoso por mi matrimonio. Todo mi respeto y fortuna hacía a vos, querido amigo. Hasta siempre…



Tu viejo amigo, Edilson.



Pd: (“Cada paso es libertad y una incesante soledad”)


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