domingo, 20 de marzo de 2011

Hierbas, negocios...

—…Hay hierbas que sirven contra cualquier mal. Son más sanas que los medicamentos en sí. La gente no sabe que es mejor algo que te da la naturaleza y no lo que te demanda el fabricante. ¡Hasta con la salud se puede hacer plata! ¡Y mucha…! ¿Crees que todavía no descubrieron los antídotos para algunos canceres, sida y otras enfermedades terminales? ¡Saben cuál es la cura! Lo que pasa es que, no le convienen dar a conocer, porque la solución está en plantas y no en sus productos… primero deberán llenar más sus bolsillos, acercarse más a la oposición de dicho mal con nuevas drogas caras, convenciendo con la frase de: “estamos cerca de encontrar una cura, muy próximo”; y después, si no les afecta las ganancias, expondrían en forma globalizada la solución… ¡Cada veinte años dicen lo mismo! ¿Qué te parece todo este tema?—.

—No me sorprende en lo más mínimo. Toda empresa emprende todas sus habilidades para satisfacerse a costillas de los que consumen. Ya sea en los precios, vencimientos-deterioros. No me divierte hablar sobre lo que me hace enojar. Perdí el conocimiento del respeto hacia el prójimo. Lo guardé, como un viejo amor, en una hoja amarilla—.

—No hay que escaparse de lo que te compete. Sos la generación a gobernar en éstos años entrantes. Todo se esta volviendo un caos estructural sobre la sociedad, en general. Si vos quedas afuera, ¿de qué sirve todas éstas charlas que tenemos?

Todo lo que uno puede lo consigue. ¡Mírame a mi! ¡setenta y ocho años y me sigo moviendo! Gracias a las hierbas y vegetales que uso! En casa tengo libros de yuyos para curar el asma. ¿Vos tenías asma no?—.

—Si, tengo. Hace años forma parte de mi personalidad. Y otra cosa…voy a colaborar desde otro lado estas décadas que vienen, en la parte que no se imagina…—.

—No te quise decir nada los días anteriores, pero ahora, como volvió a refrescar, voy a recalcarte que no te cuidas. Usas remeras en las noches que se levanta un frio intenso. ¡Hay que cuidarse! ¡Más si tenés las defensas bajas! Seguramente, usas el inhalador y eso te quema los pulmones. También debes hacerte un chequeo médico para conocer el estado de tu salud—.

— ¡Debo hacer tantas cosas aún! ¡No me va a alcanzar la vida para terminar con lo que pienso! Aunque sienta que tengo un temblor, creo que estoy tranquilo con mí andar. Y no se preocupe ni se agarre la cabeza, porque igualmente, voy a ir a trabajar, alíviese…—.

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