¿Habrán estado, en aquella cima, sañando la humillación del extranjero, que afirmó ser rey de Israel? ¡Corruptos! ¡Tiraron piedras mientras trataba de levantarse, una y otra vez, por llevar la carga de su deseo previsto! ¡No escondan sus manos! ¡Culposos agitadores!
¿¡No fueron jueces del Rey David, cuando tomó por esposa a la mujer de un enemigo fugaz!? ¡Leyeron los papeles del arca de pacto y no saben los significados! ¿Ha muerto el joven prometido, que con la genialidad derrotó a un Gran filisteo y conquistó el corazón de la tierra de Jacob? ¡Igual tropiezo que presentó Saúl!
¿Han visto a Roma crecer en todos éstos cientos de años? ¡Intolerable! ¡Solo se llenó sus pieles de humo tras el incendió de Nerón! ¿Se atrevieron a honrarlo en sus mentiras? ¡Traidores! ¡Han matado por segunda vez a Julio Cesar! ¡Bárbaros ordinarios!
Que no se repugnan sus hombrías por ver la orgia de jóvenes con los pensadores más centrados de toda constelación. Amor a la sabiduría iguala al amor sobre cuerpo. ¿Proponen que se apareen con las prostitutas baratas, las que no saben besar con original lujuria? ¡Hombre pormenor! ¡Facilista moderno!
Aunque no crean, la última generación no tendrá el objetivo de la primera, porque es colmo reírse y alterar la cronología, estando en una base fuerte, obtenida en las principales muertes. ¡Si se tiene lo “todo”, se perderá por “nada”! ¡Y se recordará el insomnio y no las horas durmientes!
Doblar la bufanda con desconfianza por si se lanza otro mal pronóstico árido…
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