domingo, 29 de julio de 2012

Campo cerrado

 
Los campos están bien verdes y altos, el oxigeno ilímita su frescura, la presión del calor es lo suficiente para dejar la remera. Correr en los rincones que no están usurpados, desenfrenar el miedo a no poder. Saltar en la propiedad prohibida…Superar, antes, la longitud de alambres de púas filosos con un salto arbitrario y sin experiencia…Traspaso, cortes profundos en algunas partes, caída directa al piso con la cabeza exploradora-ingenua, quietud con la mirada abierta…
 No me parezco nada a un trasgresor, ni si quiera soy pariente lejano de la audacia; a distancia de ser una historia oculta, ¡por qué sigo siendo hombre! No pueden ser lágrimas rábicas, ¡solo es sangre patética e incurable! No me asimilo como una celebridad de todo un universo, pues mis talentos están tirados en este pasto. No soy igual a un astro que quiere ascender y atravesar la atmosfera y convertirse en constelación, porque la luz calórica cocina mis pequeñas heridas y da vapor escalofriante…
 Lo único cierto es, que soy un joven y bello anfitrión, enterrándome, sin pena alguna…

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