domingo, 24 de octubre de 2010

Falsificar


Dicen que el asmático respira aire puro en los rincones húmedos. Sospechan que el condenado a muerte vive con abierta felicidad los últimos momentos. Revelan que Jesucristo sintió el verdadero placer de la inteligencia, al alzar su voz entre el sol y los cuervos: “¡Padre! ¡Te odio!”
Muchos hechos que autorizan la subjetividad de chismosos y tercos corsarios, que encuentran rebeldía por la versión exacta, y convincente, de la teoría. Tildados de demoníacos falsificadores de historia, drogadictos de astucia contra las olas. Echados y borrados sus nombres de páginas mugrientas con cera de vela vieja y tinta negra brillante de ignorancia.
“Transformar y matar seria la clave” Quizá suspiraron, en diferentes tiempos, germanos en busca de LA RESOLUCIÓN para la próxima y dura vida moderna…

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