domingo, 26 de septiembre de 2010

Siglo XXI

Ebriedad y ácidos en una obra maestra, sedimentada de transformaciones para la consecuencia del fin. Peso pluma de la conciencia en contra de las toneladas del universo y reiteradas extras para alcanzar solo un rasguño.
Aplausos y ovaciones de raros productos impuros, que la interpretación simple ensucia y equivoca los suspiros (palabra desconocida convertida en reina) de ojos bien rojos.
Exagerada pimienta en la salsa demente del mismo menú de los principios ancestrales, que mantiene el mismo gusto de perdiciones inentendibles.

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