viernes, 2 de diciembre de 2011

Terapia


—…Y todo se repite. Algunos viejos aparecen y prometen volver. Otros están y amenazan con irse. También moran los sorprendidos que no entienden mi alta voz y mi grueso fruncido de ceja. Algo puedo entender por qué tantas repeticiones—.


— Buscás siempre lo bueno de todo. Materializás todo lo soñado en las personas. No tenés que ver más allá sobre lo que hará un ser en cierto tiempo, ¡es una locura!. Vivir no es predecir. Se disfruta el instante, nada más. ¿Qué entendés de las “repeticiones”?—.


— La inconformidad. En todas las secciones hablamos sobre eso. Cuando todo parece estar bien, lo dudo. No es pesimismo, sino que es una irregularidad que permite darme cuenta de que soy incompleto, todavía. Es una maña, lo sé—.


— “Si uno no se ama…” Sabés el resto de la frase. No te encierres diciendo: “Soy difícil, lo entiendo, ¿qué puedo hacer?”. No sos difícil, hacés que sea difícil. ¿No podrías cambiar la reflexión por disfrutar algunas situaciones?—.


— Disfruto reflexionar. No sé si me amo, pero estoy de acuerdo conmigo mismo. Intentaría no enfurecerme, es otro motivo inconcluso. ¿Soy cerrado, solo porque sostengo una verdad natural?—.


— No. Sos cerrado porque justificás todo. Un hombre que justifica, es un niño que hizo una travesura. De igual manera...veo una mejoría—.


— Me hiciste reír. Intuyo que después de marcharme, vas a tomar un trago de “etiqueta negra”—.


— Primero voy a fumar, espero que no te moleste…—.


— Adelante. Abro la ventana. Tengo que hablar algo más…—.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

victimas