miércoles, 16 de junio de 2010

Mr. Hyde

Ahí esta el señor Hyde: vertiendo su cansado espectro en dramáticas miradas y en amarga actuación, a los que cree inmigrantes en su mapa sin límites. Ama por dentro a sus afectos e hiere, al mismo tiempo, con rugidos orgullosos a su textura fría. Desprecia ese llanto falso que determina la habladuría de algunos pocos(los desconocidos no sospechan que, sus lágrimas son novatas y maduras), y las racionalidades de sus inquietudes, ¡que tanto aborrece! Estrecha sus brazos con nieve templada (debajo de la avalancha, se encuentra el volcán de su amor), para dejar un recuerdo en cada piel.

En cuanto, su sombra desaparece en el paraíso ajeno y los pasos se despiden de la soledad…

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